sábado, 5 de enero de 2013

Crítica: Lo Imposible


En este momento no tengo idea alguna de que hacer con mi vida, de que es lo que quiero hacer a futuro, de como quiero trascender o lo que sea. Se esta volviendo lentamente insoportable.

Argumento: Inspirada en una historia real, el filme sigue a la familia Bennet, de origen inglés pero residiendo en Japón, que toman sus vacaciones navideñas en Tailandia durante diciembre de 2004. La tragedia embarga cuando, en la mañana del 26, un devastador Tsunami arrasa con la costa, el hotel y la ciudad haciendo que la familia se separe, y quedando todos en la más profundas de las desesperaciones.

Visión General: Lo Imposible me resulta una de las películas más impactantes que he visto en los últimos años. La fuerza de la historia, de los actores, de la puesta en escena es extraordinaria, te quita el aliento en todo momento. Lacrimógena, es cierto. También cierto emotiva, real, poderosa.
El comienza es un poco lento, un cuento casi perfecto que se rompe de forma brusca con el tsunami. Esa secuencia, cuando la ola se alza contra el mundo arrasando todo a su paso (incluidos ellos), es impactante: te deja sin palabras; no puedes pensar, no puedes gritar, solo observar en el más absoluto de los miedos como todo es destruido. Los gritos desesperados, el agua turbia que va jalando todo a su paso, la sangre, las lágrimas, la destrucción que deja atrás. Es una escena que te rompe con tanta facilidad como la ola. 
La película, entonces, se vuelve una montaña rusa de las emociones, entre llantos y sonrisas de alivio, que si bien no está completamente perfecto, es suficientemente bien logrado para lograr empatía. El público llora sin poder evitarlo cuando son separados y reunidos, cuando vemos en sus ojos la desesperación y la alegría  el anhelo y la ilusión, el más profundo de los miedos.
El final es calmo, como si la pesadilla hubiese acabado. Lentamente se reconstruye el mundo, la ciudad, el mar, y podemos por un momento respirar tranquilos. El poder de la ola nos persigue por todo el camino, y eso significa que nos ha impactado mucho más de lo que podíamos haber esperado.

Actuaciones: La familia protagonista está sorprendentemente bien lograda.
Naomi Watts da una de las actuaciones más demandantes y excelentes. María es un personaje complejo que pasa de la fortaleza a la debilidad, y que es contradictorio en muchos momentos de la trama. Ella lo mantiene real, y sus gritos de desesperación por su hijo son sin duda un testimonio real de amor y miedo: te crees que lo ha perdido todo, te crees que ya no le queda más que la esperanza, y te crees que no puede rendirse sin importarle nada, pues dejo eso de ser una opción.
Tom Hollard es la sorpresa de la película como Lucas. Tanto el personaje como el actor asumen de maravilla el reto de que les presenta: para uno es aferrarse a la esperanza aún cuando todo parece roto y su madre lentamente se va perdiendo. Para el otro, es hacer real el testimonio de un alma perdida, de poder traer a la vida un llanto, un grito, una sonrisa. Ambos son increíblemente exitosos en su tarea, debo decir.
Ewan McGregor hace al padre. Es un personaje un poco mas callado, sin tanto emotividad abierta sino más bien callada: es una mirada en la que debe decir el dolor que siente en abandonar a sus hijos, en una mirada debe dar desilusión, debe dar pena, debe dar esperanza. Su momento: aquella llamada en que finalmente se rompe en lágrimas. No podía ser mas real.
Los dos hermanos menores, interpretados por Oaklee Pendergast y Samuel Joslin, dan la ternura, dan la inocencia que una película como esta tan desesperadamente necesita para no volverse un remolino de tragedia inaguantable. Sus interacciones sacan una sonrisa incluso entre el llanto que supone la película, como una pequeña luz en la oscuridad.

Apartado Técnico: Excelentemente bien trabajado esta la dirección artística, los efectos visuales, el vestuario y el maquillaje de esta película. Cuidados hasta el mínimo detalle, es increíble lo real que se siente todo. El tsunami es uno de los momentos cinematográficos del año, y el maquillaje de las heridas es la cosa mas asquerosa que he visto en bastante rato. La fotografía es hermosa, y las escenas bajo el agua reflejan una desesperación tal que no puedes creerlo: sientes tu que te ahogas. Todo está tan cuidado, tan bien hecho, que hay veces en que me pregunto si no lo grabaron en la misma Tailandia allá en 2004.

Conclusión: Debo felicitar al director Juan Antonio Bayona por poder tomar una historia como esta, que tan fácilmente pudo volverse innecesariamente emotiva e insoportablemente melancólica, y hacerla real, intensa, poderosa. Tiene algunas fallas, está quizás demasiado cargada, pero funciona. Y a mi me ha conmocionado.

Calificación Final: 9.0 (Excelente)

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