Crítica: Rabbit Hole

Debo confesar que nunca he visto The Hours, ya sea por falta de tiempo, de interes, o muchos otros "pero" que no quiero comentar. Pero por otro lado, si he visto Mouling Rouge, el otro gran papel de Kidman. Igualmente me he encontrado con ella en peliculas como Australia y La Brujula Dorada. Y hay que decir que, aunque esos papeles resultan decentes, es bueno ver que está de regreso en el cine de primer nivel, demostrando todo lo que puede dar.

El argumento: Si hay una pelicula con argumento deprimente es esta. Cuenta la historia de Becca y Howie Corbett, un matrimonio al punto del colapso que ve destruida toda oportunidad de final deliz con la muerte de su hijo, en manos de un accidente de transito que nadie pudo ver venir. Cargando de hubiera que no existen, nos movemos por un mundo de dolor y desamor mientras todo lo que tenemos alrededor se va destruyendo lentamente.

La visión general: Creo que a la vez me esperaba más y superó mis expectativas. No se como explicarlo, bendita contradicción. Rabbit Hole resulta un filme diferente, de aquellos que resultan tan insoportablemente triste debido presisamente a que las lágrimas, a que los gritos, a que la melancolía parecen ocultarla en todo momento. Es esa sensación de explosión, ese clima de destrucción y guerra fría el que hace de esta película tan especial, y que conlleva a que las lágrimas no salgan por más que el corazón esté gritando.

Las actuaciones: Nicole Kidman... ¿Qué se puede decir de ella que no se halla dicho ya en otros blogs? Ella está de vuelta a lo que mejor sabe hacer, de regresó a lo que se conoce como buen cine, y encontrando refugio en lo independiente para volver a deleitar a la audiencia con historias más humanas. Está casi perfecta, digna de alabanza. Y casi al mismo nivel, igual explendido, me encuentro a Aaron Eckhart, actor que en mi vida escuché de él pero que ahora lo seguiré; su tristeza, su agonía, su dolor se hace casi palpable con las manos a lo largo del filme. ¿Qué decir de los secundarios? Si Dianne West y Tammy Blanchard (madre y hermana) resultan bastante buenas, adecuadas, conmovedoras... Sandra Oh y Miles Teller se quedan a medio camino, sobre todo el último, que a pesar del remordimiento y las disculpas nunca logró emocionarme.

El guión: Tiene un ritmo lento, y trata el tema como si fuera un secreto a voces. Toda la película se para esperando por gritos que nunca se presentan, y que cuando lo hacen destruyen todo a su paso. Escenas del recuerdo resultan la fiesta en los bolos, las pláticas en el parque, la venta de la casa, el grupo de apoyo. Algunos dialogos, fuertes y rotos, aún retumban en mi mente, escuchando la voz de Kidman gritar una y otra vez "Si quería otro Ángel, ¿por qué no simplemente hizo uno?" o "Adorame, y te trataré como mierda. Veo por qué te gusta, suena tanto como papá". Crudo, real.

Lo técnico: ¿He mencionado que es un film actual? Por eso basta decir que la dirección artística y el vestuario cumplen. Sonido y banda sonora resulta olvidable, porque aquí son los dialogos y las acciones lo que importan. La fotografía me gustó, pero no se si resulta en realidad extraordinaria. Lo que si me sorprendió, en todo caso, el montaje, especialmente aquellas escenas entrecruzadas, aquellos dibujos de múltiples realidades que se van diluyendo cuando avanza el metraje.

La conclusión: No se cuando tiempo tenía desde que una película no me ponía tan triste y melancólico. No lloré, pero tantas ganas tenía que sentí impotencia de no ver salir las lágrimas. Quizás así es la vida, lo he visto, que el primer momento (aquel que la película nos oculta) es el de los llantos, los gritos. Pero luego solo queda el silencio, el dolor, la impotencia, la miseria... Todo aquello que nos hace quedarnos allí y esperar una razón, una palabra de aliento que nunca llega. Y eso la película sabe retratarlo muy bien.

Calificación: 8.5 (Entre Buena y Excelente)