sábado, 20 de diciembre de 2014

Crítica: Horns


Sinopsis: Ig Perish es un joven de 26 años acusado de asesinar a su novia Merrin Williams quien, tras una noche de borrachera, descubre que le han salido dos protuberancias en la cabeza, "cuernos" con extraños poderes de naturaleza demoníaca que llevan a las personas a revelar sus más profundos secretos. Armados con estos procede a buscar al verdadero asesino de su amada.

En General... Es un absoluto desastre, una pesadilla que nunca logra encontrarse en un sin fin de cambios de tono, una comedia oscura a la vez que terror absurdo, un thriller maquiavélico y casi una parodia de si misma. Completamente extraña, retorcida de una forma casi absurda que entrelaza escenas de absoluto gore con emotivos momentos de descubrimiento personal. Es imperfecta, un andante sin cabeza en un mundo destrozado que abraza su propia decadencia de una forma única y ridícula. No hace falta decir que ME HA ENCANTADO COMPLETAMENTE.
No es una película de una calidad sobresaliente, pero es un relato interesante y desastroso que encantará a varios incomprendidos del mundo, de esos que ni siquiera ellos mismos pueden comprenderse. A mí me fascinó, pero soy suficientemente consciente para saber que tiene enormes fallos en su estructura y suficientemente confiado para decir me vale madres. La declaro una gran película. También la declaro la película que casi todos mis amigos odiarán. Con excepción de Damián, que me ha acompañado a verla y que no ha temido repetirme por casi toda la película que parece que yo mismo la hubiera hecho, por lo retorcidamente sanguinario y ridículamente gracioso de su propuesta. Gracias. Muchas gracias. Tiene toda la razón, por supuesto.
Hablando ya de la película y todas sus partes, existen varias identidades de la misma, fácilmente identificables entre si. El comienzo se mueve de forma magistral entre la comedia oscura, un género sobre-explotado actualmente pero que no me cansa a pesar de todo, y el drama también oscuro. No considero llamarla una dramedy, principalmente porque se encuentran muy bien diferenciadas ambas identidades de la película, al punto de que ambas trabajan con diferentes escenarios, actores y situaciones de modo que solo parecen compartir a Radcliffe. Es a media película, cuando el desarrollo argumental hace al protagonista aceptar sus poderes completamente en una perturbadora escena con demasiadas serpientes para mi gusto, que entramos de lleno al cine sangriento, el terror algo desganado y el thriller algo muerto que baja la calidad de la película pero al mismo tiempo la alza hacia aquel anhelado "cine de culto". Es una hermosa contradicción la que encontramos aquí.
Horns es una película que nunca terminada de buscarse y nunca termina de encontrarse, un relato entorpecido por una estructura inconexa (los flashback a la infancia del Ig solo logran marcan más este sentimiento). Y, sin embargo, me ha resultado casi hipnótica al punto de crearme una obsesión bizarra durante toda la película. Hay que abrazar la locura y la incongruencia de esta película para realmente amarla. Eso hice. Y la ame. Simplemente me cautivó su imperfección.


Actuaciones: Me he encontrado con unas actuaciones soprendentemente fuertes en esta película. Es, para mí, un reparto que trabaja con casi absoluta maestría a sus personajes, y en una pequeña y bizarra indie es algo que siempre logra elevar el trabajo.
Empezamos por Daniel Radcliffe. Creo que esta actuación representa su mejor trabajo, un absoluto desligue de la imagen de "Harry Potter" que aún se cargaba en sus últimas películas. Su trabajo resulta especialmente potente cuando comparte escena con sus padres de la ficción o con su hermano, interpretado con excelencia por Joe Anderson. Sin embargo aún no me termina de convencer en sus escenas más extremas, y pierde terreno cuando es enfrentado a Max Minghella en el papel de su abogado y mejor amigo.
Hablando de estos dos, Joe Anderson tiene un momento cumbre a media película, en uno de los puntos clave de la trama que carga él completamente. Es una escena importantísima para comprender el desarrollo de los personajes, y la desesperación que transmiten sus ojos me ha dejado sobrecogido.
Max Minghella, por otro lado, tiene 3 escenas vitales en las que se come completamente al resto de sus compañeros y brilla. Hay una locura completa, una maldad y una obsesión en su mirada que atrapan al espectador.
June Temple tiene un papel mucho menor, de una sola nota. Es dulce, dulce, dulce, DULCE. No hay nada más, pero cumple porque te crees la pureza del personaje. Su versión joven, interpretada por Sabrina Carpenter, es aún más dulce si es posible. Y en un tema completamente sin relación con la película ni con la reseña, ¿no creen que Sabrina, con la estética que le ponen en la película, sería perfecta para interpretar a la versión joven de Lily Potter en la parte final de Harry Potter? Se lo comenté a mi amigo y estuvo de acuerdo. Luego pensó en las implicaciones incestuosas y necrofilicas que supondría Harry intentando vengar la muerte de su madre / novia con unos cuernos demoníacos. Lo sé, imágenes que no necesitaban. Seguro hay fanfics de eso, por cierto. 

Guión y Dirección: Si tomo la premisa de que el director, Alexande Aja, sabía que hacer con la película, entonces el punto débil de la misma queda en un guión incongruente. Si tomo en cambio como hipótesis que Keith Bunin hizo un buen guión, la película cae ante un estilo extraño e inestable de la mano de su director. También podría culpar al libro en que está basada la película, pero de alguna forma eso se siente como la salida fácil.

Escenas: Hay demasiadas escenas memorables en esta película, pero quiero dedicarle una especial consideración a la escena entre Ig y su mejor amigo Lee, el enfrentamiento entre Daniel y Max en que el segundo se come al primero. Como sabe, siempre escribo con spoilers. Imaginen esto. Ig llega al muelle para enfrentar a su amigo, le quita el collar y, finalmente sin la protección frente a los demonios de Ig, este le obliga a hablar. La locura en su mirada es absoluta cuando revela el profundo amor (lease enferma obsesión) que siente por Merrin, y esta se vuelve mayor cuando intenta salir impune del asesinato, al tiempo que planea matar a su mejor amigo, tirarlo al río y gritar suicidio. Es hermosa esta escena, si solo por ver que tan buen actor Max Minghella realmente es. También es genial porque Ig cae demasiado ridículamente al río, desesperado por apagar su coche en llamas.

Conclusón: Esta reseña es rara. Bastante rara, divago mucho y parezco algo ebrio la mitad del tiempo, aunque les aseguro que no he tomado nada en varias semanas. Triste, de hecho. Bueno, la película es básicamente lo mismo, quizás por ello me ha gustado tanto este extraño experimento de amargura y comedia que se eleva no por un historia especialmente trabajada sino por una historia manejada de una forma especial, memorable, incoherente. La oscuridad de Horns es perfecta, si bien la película como tal está lejos de serlo.

Lo Mejor: Su combinación de drama y comedia.
Lo Peor: Su combinación de drama y comedia.
En pocas palabras... El mejor tipo de bizarra incongruencia.
Calificación: 8.5

lunes, 15 de diciembre de 2014

Crìtica: Snowpiercer


Sinopsis: Es un futuro distópico, donde el mundo ha quedado sumergido en una perpetua era de hielo. Los únicos sobrevivientes son los pasajeros del Snowpiercer, un extenso ferrocarril que circunvala el planeta entero impulsado por un motor de duración infinita, y dentro del cual dos clases sociales opuestas , el frente privilegiado y la punta trasera marginada, se ven enfrentados en una nueva revolución social.

En General... Debo admitir que tengo una enorme debilidad por las distopías en todas sus formas y corrientes. Entonces, desde antes incluso de ver el trailer, ya sentía una gran disposición hacia Snowpiercer. Me alegra decir que no me decepcionó en su presentación del contexto y en su crítica social, si bien no llegara nunca a sorprender como otros ejemplos de distopías si lo han hecho. Pero vallamos por partes.
El inicio de la historia es relativamente callado, pero evoluciona rápidamente en una de las escenas más poderosas del año, ese momento deliciosamente retorcido, sádico y simplemente erróneo en que los niños son arrebatados, y los padres que les defienden castigados mientras la líder, con una sonrisa que haría orgullosa a cualquier villano, da su discurso. Esta secuencia representa un momento cumbre de la película, más no es el único.
Debo decir, sin embargo, que la historia que de aquí se desarrolla nunca logró interesarme completamente, mi atención mucho más centrada en los escenarios que van recorriendo en su búsqueda, y las frases que van soltando los personajes para crear contexto y explorar las contradicciones que este mundo representa. Al igual que todas las mejores distopías que existen, los personajes y sus travesías son sino la excusa perfecta para presentar un mundo condenado.
Por tanto debo destacar las escenas, si no la historia. Los momentos del camino que pesan más que el camino mismo. Así, el carro en que se elabora la comida, los niños estudiando o la pelea cuando finalmente son aprendidos representan grandes escenas perdidas en una historia menor, que se dibuja como menor precisamente para que no se coma a las escenas mismas.
Finalmente llegamos al clímax de la historia, momento en que las historias personales y colectivas se juntan en una revelación que, aunque predecible y ya usada en este tipo de relatos, no pierde su impacto por la maestría en que son retratadas en pantalla (más allá de alguna que otra actuación que no está a la altura). El final como tal de la película, en cambio mucho más metafórico, me ha gustado bastante por su simpleza.

Actuaciones: En un reparto sorpresivamente bueno me gustaría destacar por su indudable excelencia a dos. Primero, el protagonista Chris Evans que supone, al menos para mí, una agradable sorpresa en la cantidad de humanidad y complejidad que puede infundir a su personaje, un héroe que, como todo héroe distópico, es bastante unidimensional; es Evans quien realmente le infunde vida, y que logra  en ese clímax final que creamos que realmente se preocupa, que realmente le importa y que este viaje significó algo más que una venganza personal. Y en ese sentido, causar empatía con alguien a quien el guión nunca acaba de definir es su mayor logro.
Segundo es necesario dar aplausos a Tilda Swinton por crear un papel retorcido. Si a Evans se menciona aparte la humanidad de su personaje, con Swinton es necesario poner aparte la crueldad del suyo. Su Mason es absolutamente detestable, y la imagen que logran conjuntamente el actor, el diseñador de vestuario y el maquillador es absolutamente perturbadora, infernal, enferma en todo el sentido de la palabra (Mason no es solamente repugnante por dentro, sino su aspecto exterior da una fuerza demacrada, como una bruja moribunda pero llena de demonios interiores). Cuando Evans y Swinton se encuentran frente a frente resulta en una pareja explosiva. Y eso me encanta.
Quiero acabar esta sección señalando que, por alguna razón u otra, Ed Harris nunca acabó de venderme la idea de su villano. No es la primera ocasión que me pasa con él, tampoco.

Guión y Dirección: Bon Joon-ho sabe cuando tiene algo hipnótico enfrente, y es su gran preocupación por los detalles combinada con su fascinación por los lados más oscuros de la naturaleza humana lo que logran alzar a Snowpiercer, dándole su identidad y su ritmo. El guión, coautoría entre este y Kelly Masterson, es menor en el sentido de que su historia es menor, siendo el trasfondo social tomado de la novela visual en que se basa su mayor logro. Es entonces Joon-ho detrás de la cámara quien le da vida al mundo decadente presentado en Snowpiercer.

Factura Tècnica: Es imposible hablar de esta película sin hablar del majestuoso trabajo que realizan sus técnicos. Especialmente meritorio resulta el trabajo de los diseñadores de escenarios, de vestuario y de maquillaje, pues ellos lograron crean un mundo completo en el espacio tan reducido y casi claustrofòbico que representan los vagones de un tren. No me canso de parar la película para quedarme viendo la cantidad asombrosa de detalles que existen en cada uno de los vagones de este tren post-apocalíptico, en cada uno de las ropas que usan los personajes, sean los trapos sucios de las clases bajas rebeldes o las retorcidas y coloridas prendes de los acomodados. Es en su propia forma un universo suficientemente alcanzable y suficientemente alienígena para funcionar.

Escenas: Ya he mencionado algunas escenas, pero quiero remarcar nuevamente aquella que al principio llamé un "momento cumbre" de la película. Ese discurso que comienza la película, en el sentido de que le da su carácter y marca el ritmo y el tono que tendremos, me parece un ejemplo magistral en todos los aspectos, pues crea en un momento una sociedad. Swinton es una actriz muy talentosa, pero nunca me había hipnotizado y horrorizado tanto como cuando muestra sus chuecos dientes y habla de zapatos y sombreros.

Conclusión: Snowpiercer no es una obra maestra, pero tampoco creo que una obra de su características, un retrato de una sociedad destruida reflejo de nuestra propia (y cada vez más decadente) realidad deba serlo. Y, quizás por su propias características, funciona incluso mejor con imperfecciones que si representara un perfecto ejercicio del género. Snowpiercer es sobre todo una obra visceral, que nos habla en metáfora de lo que no queremos reconocer en nuestra propia cultura, y así logra crear empatía en una forma que no comprendemos completamente. Como ya dije al principio, amo las distopías, y esta película no va a ser la que cambie mi opinión.

Lo Mejor: La retorcida alma de Mason, reflejo de su sociedad.
Lo Peor: Los personajes se pierden dentro del Snowpiercer.
Descrita en Corto: Deliciosamente oscura.
Calificación: 7.5

viernes, 5 de diciembre de 2014

Recordando Películas: The Rocky Horror Picture Show (1975)


Si tuviera que describir The Rocky Horror Picture Show en pocas palabras, posiblemente diría que es el mayor y más irreverentemente desquiciado espectáculo homosexual del mundo. No creo que estuviera demasiado alejado de la realidad, y realmente te daría una buena idea del concepto general de la película. Pero como tenemos más espacio que esto, empecemos por el principio.

La película empieza haciendo close-up de unos hermosos labios rojos cantando "Science Fiction / Double Feature", un homenaje a todas esas películas "clase B" que con el tiempo han encontrado su público, volviéndose ahora de aquellas que llamamos "de culto". Y desde ese momento creo que sabes lo que te esperas.

Saltando un poco dentro de la película (aunque no lo hagas cuando la veas o te perderás el hilarante "Dammit Janet"), el tono que realmente hace destacar a la película explota por completo cuando entramos a aquella mansión con aspecto de película de terror del cine en blanco y negro. "Time Warp" nos recibe con un baile que, entre los círculos más extraños e incomprendidos del Internet, se ha vuelto un himno absoluto, y que personalmente me encanta por la estética que maneja durante su representación en la película.

Y luego "Sweet Transvestite". Esta canción merece su propio párrafo. Tim Curry no será el mejor actor de su generación, pero en esta película hace una clase de actuación magistral, absolutamente magistral. Y "Sweet Transvestite" es la pieza central de su función, es un showtopper en toda regla, al mismo nivel que "And I Am Telling You" de Dreamgirls o "All That Jazz" de Chicago, le duela a quien le duela. Solo verlo sentado sobre el sillón mientras habla de su obsesión favorita es la cosa más genial (y la más gay) que he visto en mucho tiempo.



Se mantiene como la cosa más genial de la película, pero no la más gay. No se si ese honor le toca a "I Can Make a Man Out of You", a su escena de doble seducción con Brad y Janet (la pareja protagonista, unos simples y planos personajes que realmente no saben en que se meten los pobres), a su discurso mientras introduce su experimento. Siendo honestos, solamente quise decir varias escenas memorables (a las que hay que sumarle el magnifico trabajo vocal de Meat Loaf en "Hot Pattotie, Bless My Soul" o la sensualidad de una apenas empezando Susan Sarandon en "Touch-a, Touch-a, Touch-a, Touch Me" o cada escena del maldito filme), porque el momento homoerótico máximo de esta cinta es el trío de actuaciones al final de la misma, todos vestidos como bailarinas de cabaret, todos acabando en una extraña orgía en la piscina en que todas las combinaciones posibles, y todas las sexualidades posibles, se hacen presentes.

"Rocky Horror" no tiene un buen final, algo apresurado, y su trama está llena de huecos en su lógica y en su linea cronológica que la dejan incompleta e incoherente. ¿A alguien le importa? NO. Porque "Rocky Horror" es más un espectáculo que vive para esa incoherencia, y que abraza completamente la delicada locura y la completa demencia. Es un SHOW como esos que no hacen hoy en día en las películas, porque es ridículo siendo consiente de su ridiculez, y es grande precisamente porque no tiene aires de grandeza. Es magníficamente insignificante, perfectamente imperfecta.

"Rocky Horror" no es para todos, es cierto, pero para aquellos que realmente la saben entender se vuelve inmediatamente el listón con el que medirán todo lo ridículo que encuentren ahora en su vida. Y eso me encanta. ME ENCANTA. Así que dale una oportunidad, quítate tus inhibiciones y salta al estallido de sexualidad de cualquier forma y de cualquier color, hasta que ya no haya vuelta atrás.

And Let's Do The Time Warp Again!!!!!!