jueves, 4 de agosto de 2011

Series: Switched at Birth



Es curioso como cambian los gustos con el tiempo. Recuerdo que el año pasado me aburría How i met your mother, encontraba tonta Scrubs y sobrevalorada a Modern Family, y jamás me perdía un episodio de Two and a Half Men. Hoy, por otro lado, aunque aún no soy fan, disfruto viendo Himym y Scrubs, me rio mucho con Modern Family y no soporto a T&aHM. Me pregunto si el próximo año finalmente le encontraré el gusto al drama, si odiaré la animación o comenzaré a seguir religiosamente las dramedys de Showtime.

La trama: Encontramos a dos jovenes señoritas, Bay (Vanessa Marano) y Daphne (Katie Leclerc), que siempre se sintieron fuera de lugar, como si no pertenecieran. Y cuando la primera decide dejar de lado las dudas, y buscar la verdad, todo su mundo se derrumba: ella fue cambiada al nacer (si les sorprende es porque no leyeron el título). Ahora ellas, y sus respectivas familias, tendrán que enfrentar a esta peculiar situación. Y si no bastaba con eso, también tienen que adaptarse al hecho de que Daphne es sorda, y que nadie sabe quien es el padre biológico de Bay.

¿Qué pienso de ella? Al principio la comencé a ver porque no tenía nada que hacer, y el piloto me pareció decente, más o menos, suficiente apenas para seguir con el próximo. Pero el siguiente me gusto un poco más, y el siguiente un poco más, y así hasta que la serie finalmente agarró su ritmo... justo a tiempo para el final de la primera mitad de la primera temporada (solo emitirán 10 capitulos). Las relaciones se están volviendo más profundas, las lineas argumentales más coherentes y atrapantes, y las actuaciones comienzan a despegar. Además, como plus, tienen el hecho de que muestran comunidades latinas y sordas de una forma diferente, más allá de los constantes prejuicios, mostrando tanto sus debilidades como sus virtudes. Se convirtió en mi obsesión adolescente de este verano.

¿Por qué verla? Como decirlo... Porque es, a la vez, un giro refrescante a las series adolescentes y, al mismo tiempo, significa volver a ver aquellos clichés que, a pesar de hartarnos, continuan atrapandonos. Tiene buenos giros del guión (jamás pensé que Regina, la madre adoptiva de Daphne, pudiera guardar tal secreto), pero nada del otro mundo. Sirve para pasar el rato, para disfrutar, y para hacer más llevadero un verano sin gran cosa que hacer.

Lo mejor: Hay dos cosas que me encantan de esta serie. La primera son las pláticas silenciosas con el lenguaje de signos. Son profundas, y le dan un toque diferentes. Ese sonido de fondo, silencioso y asfixiante. Y cuando bromean con eso, y con las limitaciones de tanto sordos como "auditivos", resulta algo especial. La otra cosa que me gusta son las actuaciones del elenco joven, especialmente la dupla protagonista. Son papeles que le vienen como anillo al dedo, y que saben interpretar de forma coherente y creible.

Lo peor: Sinceramente hay momentos en que todo parece demasiado forzado. Mientras que muchas situaciones, comentarios, sensaciones y resoluciones se ven naturales, se sienten reales y coherentes, otras más se sienten muy forzadas. Especialmente los primeros capitulos, el principio parece atropellado, como queriendo decir demasiado... Y hay veces en que los sentimientos parecen irse, al igual que los actores, sin razón, sin gloria, sin ninguna mención al respecto.

Calificación: 7.0 (Decente)

Parece que es lo mismo con las series del verano (quitando, obviamente, a Mad Men o Breaking Bad). Series decente que no aportan más.

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