lunes, 5 de octubre de 2015

Crítica: She's Funny That Way


Últimamente he visto un gran número de películas que caen en dos categorías: películas independientes extrañamente tristes y comedias demasiado ridículas para su propio bien. No hace falta decir que estoy completamente enamorado del cine de este año, y estamos lejos aún de las "critic's darlings" de cara a los premios. Eso es bueno. Eso es muy bueno.

Sinopsis: Básicamente, tenemos a una joven "call girl" que, tras pasar una noche con un hombre que le da 10,000 dolares, decide seguir su sueño de ser actriz, audicionando para una obra de teatro... de la que el misterioso hombre es director, y protagonizada por la esposa de este. "Enredos en Broadway" la han llamado en español.

En General... Tengo que empezar remarcando que esta película es mas Woody Allen que varias de las últimas películas de hecho escritas por Woody Allen (te estoy viendo a tí, Magic in the Moonlight). Tiene ese estilo irreverente, esa sensación de locura, como si vivieran todos en una extraña realidad alterna que se parece demasiado a la nuestra pero es suficientemente ajena para permitirnos reírnos de ella sin sentirnos mal con nosotros mismos. Los personajes son extraños, las situaciones en que se encuentran disparatadas e irrealistas, las conclusiones demasiado perfectas y los finales muy rebuscados.
She's Funny That Way. Ese título remarca perfectamente el estilo de la película. Porque la película ES graciosa, pero graciosa "de esa forma", como si tratase demasiado de serlo y, sin embargo, también lo hace con cierto aire de indiferencia. Su ridiculez es practicada como se practican las secuencias de un baile, pero al mismo tiempo tiene un ritmo tan inconsistente que parece que nunca encuentra su propia naturaleza. Como homenaje a Woody Allen, que no se si se pensó así o son cosas de la vida, peca de los mismos pecados que el director.
Y sin embargo entretiene. Sin embargo es divertida. Sin embargo sabes que es mala, que su guión tiene errores enormes en la lógica de la historia y que sus actores nunca se sienten completamente cómodos en sus papeles. Y sin embargo te ríes, y la disfrutas, e ignoras de forma consciente sus faltas porque sabes lo que te espera en una película así, y es exactamente lo que quieres. Una película graciosa de esa forma especial, entre el humor inteligente de Birdman y el humor más estúpido de la saga Scary Movie. Dos películas que nunca espere escribir en la misma frase.

Actuaciones: Algo nunca acaba de encajar con los actores.
Imogen Poots es un ráfaga de aire fresco que se mueve con facilidad en su papel, pero nunca te la acabas de creer, porque ella nunca se acaba de creer a si misma. Cuando relata su propia historia lo hace como si no fuera suya, y la actriz presenta su actuación de la misma forma: como si fuera alguien más, como si solo estuviera actuando, no viviendo.
Lo mismo podemos decir de Owen Wilson, que repite el mismo tipo de papel que ya le hemos visto hacer demasiadas veces antes; de Will Forte, que se ve simplemente incomodo; de Jennifer Aniston, que parece incluso aburrida con lo que esta haciendo; con Rhys Ifalns, que, Dios mio, como deseo que a su personaje lo atropelle un camión o algo.
Para mi el mejor personaje es el de Kathryn Hahn, y su actuación también se me dibuja la más natural del conjunto. Es la única que hace el esfuerzo de vivir el momento, más que pretender vivirlo, y lo logra, que siempre se aplaude.
Ahora, que no quiero decir no me hayan gustado las actuaciones, que me han gustado en general, aunque no lo parezca. Solo, cuando ves al conjunto de actores cómicos con los que cuentas, te esperas algo más.

Guión y Dirección: Tuve que checar doble para estar seguro que no es una película por Allen. No lo es. Es escrita y dirigida por Peter Bogdanovich,un director veterano que nos trae su primera película en 10 años, y que es especialmente recordado por dirigir y escribir The Last Picture Show, un clásico del cine estadounidense. She's Funny that Way no va a perdurar en el tiempo de la misma forma, pero algo refrescante de la cinta es que no pretende serlo. Es un ejercicio menor de su director, más preocupado por divertirse durante la realización del trabajo que por si el resultado es digno de mención. Y se nota. Y eso, de alguna forma, se vuelve mi parta favorita de la película.

Escenas: La película funciona, y si, funciona, por la fuerza de sus escenas individuales más que por la fuerza del conjunto. Así nos encontramos con una secuencia de momentos altamente cómicos que no saben enlazarse correctamente entre ellos. La triple cita en el restaurante es muy graciosa, como también lo es las peleas entre los esposos, director y actriz, y especialmente ese gran clímax casi al final en que todos sacan todo lo que tienen escondido en un momento de oro cómico. La introducción de cada personaje también suele ser altamente memorable. El final, no tanto. El conjunto, algo sobrecargado e irregular.


Conclusiones: Ya he dicho todo lo que no me ha gustado. Ya he dicho que, aún así, la película cuenta con muchas bondades que me han hecho disfrutarla enormemente. Es una película por si misma divertida e irreverente, con un ritmo inusual y un guión a medio camino entre el cielo y el infierno, la cumbre de las comedias de enredos y el abismo de las parodias baratas. Es entretenida, es una película menor pero una muy buena en ello, una película que no creo que jamás intentara ser mayor, como su todo, desde la puesta en escena hasta la postproducción, parecen indicar. Y, mátenme si quieren, a veces necesitamos este tipo de películas también.


Lo Mejor: Kathryn Hann y sus escenas como seres individuales.
Lo Peor: Rhys Ifalns, Owen Wilson y la innecesariamente larga narración.

Calificación: 7.0