sábado, 24 de septiembre de 2016

Crítica: Florence Foster Jenkins


Meryl Streep es la mejor actriz del mundo. No tengo duda de eso. Streep, activa desde hace más de 40 años, tiene un legado de actuaciones magistrales. Sin embargo, lo que no tiene es un legado de películas magistrales: sus actuaciones, excelentes en su mayoría, se encuentran casi siempre ahogadas en películas, en el mejor de los casos, pasables.

Florence Foster Jenkins ha tenido, en general, mejores críticas que la película promedio de Streep. Pero para mí la diferencia entre esta y, por ejemplo, The Iron Lady o Julie & Julia es muy poca: Streep, cada vez más histriónica, acompañada de un reparto secundario mucho más natural y una guión más preocupado por crear escenas individuales memorables que por crear una historia completa.

FFJ es una película menor, una comedia entretenida que nunca llega a explotar, y que encuentra dificultad en qué quiere contar: nunca se decide si debemos reirnos de o con Madame Florence; incluso hasta el último momento la yuxtaposición de seriedad con ridículo acaban dañando a la película. Florence Foster Jenkins es un personaje complejo que requiere un director con fuerza para traerlo a la vida, pero como ya ha demostrado antes Stephen Frears en Philomena, el objetivo no es contar algo significativo sigo crear películas inofensivas cuyo oscuro tranforndo solo llega a mostrarse por el talento de sus actrices protagonistas.

Como no podía ser de otra forma, FFJ está construido como el show de Meryl Streep, buscando esa codiciada nominación número 20. Para mí, de forma sorpresiva pues ella es mi actriz predilecta desde hace años, Streep se muestra forzada, me atrevo a decir falsa. Su Florence no tiene la complejidad que hemos visto tantas veces detrás de los tics baratos y los acentos demasiado trabajados: A diferencia de su Julia Child, su Margaret Tatcher o incluso su Miranda Priestly, su Florence Jenkins carece de todo atisbo de profundidad o humanidad, siendo reducida a, supongo al no concocer a detalle la historia verdadera, una mala caricatura. No te la crees.

La sorpresa para mí ha sido Hugh Grant, un actor bastante limitado pero carismático que sabe como afrontar personajes en el papel despreciables y volverlos creibles. La mayoría de los mejores momentos de la película le pertenecen, y Streep se siente mucho más real cuando comparte pantalla con Grant. Simon Helberg es otra sorpresa agradable en un papel tan poco contruido que es ridículo que funcione tan bien como lo hace: como personaje secundario, su Cosme es entretenido, a falta de mejor palabra, y Helberg tiene una gran habilidad cómica que realmente resalta aquí, pero también una sorpresiva vulnerabilidad. Su escena en su departamento con Streep es un momento bastante alto de la película que no aspira a más.

Florence Foster Jenkins es una película que no llegará lejos en taquilla, pero que puedo ver a muchos miembros de la academia votando. A mí, personalmente, me ha dejado frío. Streep es excelente, pero más y más se deja llevar por la exageración y la sobreactuación; si bien en Into the Woods o August: Osage County funciona, una película como FFJ requiere un nivel mucho más calmado (Judi Dench en Philomena, un ejemplo). Su guión no es destacable, y Stepehn Frears no tiene la suficiente personalidad ni estílo para cargar una película.

No creo que resista muy bien el paso del tiempo.


Lo Mejor: Hugh Grant y Simon Helberg
Lo Peor: Presenta una falta de personalidad impresionante.

Calificación: 6.50